Hace tiempo hice un ejercicio en el que escribí una lista de algunas de las cosas que me hacen feliz, con el propósito de poder encontrar una guía para acercarme a mi plenitud. Si has leído algunos de mis artículos pasados sabrás que evidentemente sembrar ocupó uno de los primeros lugares, pero otras actividades que incluí en esta lista fueron remar, hacer trekking o caminar en entornos naturales.
Hoy me gustaría enfocarme en esta última actividad, ya que hace poco tuve la oportunidad de hacer una caminata guiada en el bosque con el propósito de recolectar hongos comestibles. El mundo de los hongos es muy mágico, pero como es muy basto ya le dedicaré más adelante algunos artículos. Por ahora me gustaría enfocarme en una magia distinta, la que sucede en nosotros al adentrarnos y permitirnos realmente conectar con nuestro entorno natural.
No es casualidad que haya colocado esta actividad en la lista de las que más feliz me hacen, pues si investigamos un poco encontraremos información que nos confirma que un paseo por el bosque nos puede llevar a un estado de paz. Como los beneficios del shinrin-yoku (baño de bosque en japonés), una filosofía oriental que forma parte de un programa de salud nacional creado a principios de la década de los 80 en Japón y que consiste en conectar con la naturaleza y, según explica el autor de El poder del bosque, el inmunólogo Qing Li, "absorber el bosque a través de los cinco sentidos".
Durante esta caminata platicaba con una de las almitas que tuvo el privilegio de también estar ahí y comentábamos la magia que se siente al poder conectar con los 5 sentidos al ir caminando por el bosque. Claro que el no tener señal en nuestros teléfonos y la maravilla de vistas ayudaban a poder enfocarnos en lo que iba sucediendo a cada paso. El despertar de cada uno de los sentidos nos permitía reconectar con nosotros mismos y la naturaleza tan majestuosa y plena que nos rodeaba, de la cual ahora era más evidente que formábamos parte. Muchas veces creemos que la naturaleza es este espacio al que podemos ir como simples espectadores, pero cuando todos tus sentidos se unen a ella te das cuenta que no somos ajenos, sino parte de ella, somos naturaleza.
La vista regocijándose con tan hermosos paisajes, montañas perfectas con alma y personalidad propia, detalles casi imperceptibles como el hermoso contraste del color rojo de un hongo amanita muscaria asomándose de entre la tierra negra y hojas secas que lo cubrían, el brillo de las gotas de rocío sobre los pastizales, los incontables árboles y flores que la mirada alcanzaban a donde quiera que enfocara.
El oído agudizándose con el canto de los pájaros, sorprendiéndose con el eco que una montaña repetía de los sonidos que nosotros ofrendábamos, alertándonos con el cascabel de una serpiente que se hacía presente.
El gusto disfrutando al probar algunas flores y hierbas del camino, como esta florecita morada con sabor cítrico parecido al del trébol, mi favorita de esta travesía (asegúrate de estar acompañado de un experto que te confirme que lo que vayas a ingerir es seguro para tu salud). Y claro, la culminación de esta experiencia, disfrutar al llegar a casa la delicia de una cena preparada con hongos silvestres frescos recién cosechados, deliciosos, vivos.
El tacto presentándose con cada milímetro del cuerpo, los pies sintiendo la delicia de pisar el acolchado natural del bosque a cada paso, la frescura de sentir la ropa húmeda al pasar entre matorrales llenos de rocío y la delicadeza de las gotas de lluvia rodando por el rostro.
El olfato avivándose aún más al empezar a caer la lluvia cuando todos los olores del bosque se intensifican, delicioso olor a tierra mojada, flores silvestres, hongos terrosos recién cortados.
Hoy más que nunca, que tanta gente vive en ciudades alrededor del mundo es necesario que reconectemos con la naturaleza para poder conectar con nosotros mismos. Los baños de bosque pueden ayudar a tratar distintas enfermedades como pueden ser la ansiedad, el estrés y la depresión.
Así que, si te sientes estresado, enojado, cansado, triste o simplemente quieres regalarte un momento de paz, te invito a buscar el bosque o parque más cercano a tu localidad y permitirte disfrutar de una conexión real con este entorno.
Apaga tu teléfono y enciende tus sentidos, que te sorprenderá el estado de paz al que puedes trasladarte.
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