Sin lugar a dudas, éste es uno de los platillos estrella en mi casa incluido en la rotación habitual de la comida. Es el favorito de mis hijos, sobrinas, y hasta de mi papá que antes había declarado que odiaba el brócoli. La clave está en permitir que dore y permanezca crujiente.
Al rostizar las verduras, logramos mantener la mayor parte de su perfil nutricional y vitamínico, pero a su vez, transformamos su sabor en uno con mayor profundidad y complejidad para deleite de nuestro paladar. Si no te gusta el ajo o el chile, omítelos.
INGREDIENTES:
1 cabeza grande de brócoli
1 diente de ajo
Pepperoncino al gusto (chile molido estilo italiano)
2 cucharadas de aceite de olivo extra virgen
Sal al gusto
PROCEDIMIENTO:
Precalienta tu horno a 200 grados centígrados. Corta el brócoli en florecitas del tamaño que sea de tu agrado. Pica el ajo finamente.
Coloca el brócoli en un refractario, asegurándote que no se amontone. Es mejor utilizar dos refractarios para darle espacio al brócoli, ya que evitar que se amontonen es lo que nos ayudará a que dore bonito.
Vierte el aceite de olivo de manera que cubras un poco de todas las florecitas y sazona con sal a tu gusto. Agrega el ajo picado y el pepperoncino. Revuelve bien y reacomoda el brócoli para que quede suficiente espacio entre cada uno.
Mete el refractario al horno por 20 minutos. Sirve al momento y disfruta con comida italiana, oriental, casera o con lo que sea de tu antojo.
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